De enero a mayo, un grupo de
alumnos que forma parte de la Red de Voluntariado de la Prepa Tec en Puebla, se
convirtió en una mini escuela de inglés para ofrecer un curso en la Casa Alto
Refugio, un hogar para niños y jóvenes en situación vulnerable que son apoyados
por esta organización hasta lograr su reinserción social, autogestión y
autonomía.
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“Compartir este trabajo con los alumnos de la prepa
fue muy bueno, porque el voluntariado en mi vida ha sido algo importante donde
he aprendido la importancia de vivir con valores y en lo personal la felicidad de
ayudar a los demás”, describió Sophie Keeley profesora de idiomas de la Prepa
Tec en Puebla, que junto con seis de sus alumnos, impartieron un curso de
inglés a jóvenes de la Casa Alta Refugio.
De enero a mayo de este 2014 los alumnos de
Prepa Tec dedicaron más de cinco horas de preparación y dos de clase a la
semana para convertirse en profesores de otros adolescentes como ellos.
“Fue una experiencia donde todos aprendimos: los
chicos de la Casa Alta Refugio el idioma, y nosotros, de las experiencias de
ellos”, agrega la maestra Keely quien con su grupo prepararon contenidos de
calidad, atractivos y útiles para que los chicos aprendiera un segundo idioma; cada
clase era impartida por la profesora y al menos dos alumnos de Prepa.
La brigada de alumnos que dio clases estuvo
integrada por María Fernanda Téllez Velázquez, Alejandra Badillo Cabildo,
Yanette Adriana Ramírez Rangel, Carlos Enrique Valderrama Xilotl, Jessica
Adriana Ramírez Rangel y Verónica del Rosario Romero López, quienes se
comprometieron de principio a fin con el proyecto.
Compartir para
servir
Los jóvenes tutores compartieron sus
experiencias, como Carlos Enrique, quien mencionó: “la idea original fue darles
clases a niños pero al enterarnos que son adolescentes, como nosotros, la
didáctica cambió, nos entendimos y empatizamos, fue más fácil relacionarnos con
ellos, porque además nos dio otra perspectiva de nuestra realidad, porque a
veces no vemos más allá de lo cotidiano”.
Para Alejandra compartir tiempo con los
adolescentes de la Casa Alto Refugio les dejó aprendizaje: “Nosotros aprendimos
más de ellos, por eso íbamos con gusto pues sabíamos que nos iban a alegrar el
día. Fue una experiencia enriquecedora pues entre otras cosas conocimos a una
niña de nuestra edad -17 años- con un hijo de tres años, ver a alguien de mi
edad con esa responsabilidad me impacto muchísimo, fue con quien más sentí una
conexión y porque además ella es muy colaboradora”.
Mientras que Verónica del Rosario expresó: “esta
es una oportunidad a través de la que se valora lo que tienes y te han dado tus
papás; yo he estudiado inglés desde pequeña y fue muy gratificante enseñar lo
que yo sé a otros chicos de mi edad que no han tenido las mismas oportunidades,
me gustaría seguirme involucrando en actividades como estas porque te ayuda a
fomentar el sentido humano, que es algo que promueve el Tecnológico de
Monterrey”.
La brigada que impartió clases de inglés en la
Casa Alto Refugio forma parte de las actividades de Red de Voluntariado que ha
formado el Tecnológico de Monterrey en Puebla.
“El Campus Puebla tiene un directorio de
instituciones y organizaciones con las que trabajamos, así se hizo el contacto
con la casa hogar y se realizaron los trámites necesarios para que de enero a
mayo se dieran las clases”, detalló Ana Penélope Solís, Coordinadora de
Proyectos Sociales del Voluntariado Social.
“Nuestros alumnos de Prepa Tec son muy jóvenes
y están en la mejor edad para tocar su sensibilidad y con la experiencia vivida
puedan replicarla más adelante, estos chicos tienen vocación social para ayudar
a su comunidad y fomentar los valores sociales”, concluyó.
Casa Alto Refugio (http://www.casaaltorefugio.com) es una institución no lucrativa, dedicada a procurar, proteger y guiar
a menores de cualquier edad que no cumplen con los requisitos para ser
adoptados; los niños, niñas y jóvenes son canalizados a través del Estado (DIF)
y son apoyados por este organismo hasta lograr su reinserción social,
autogestión y autonomía.
Provee a niños y jóvenes en situación
vulnerable de alojamiento, alimentación balanceada, atención médica y
psicológica, formación moral, educación académica y diversos talleres que les
permiten crecer de forma integral, otorgándoles las herramientas para triunfar
en la vida.
Referencia
VIDA ESTUDIANTIL. DESARROLLO SOCIAL. AGENCIA INFORMATIVA DEL TECNOLÓGICO DE MONTERREY. LETICIA
GUTIÉRRZ.
5.06.2014
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