Lograr que el
arte se convierta en una vivencia a través de la acción es la meta de la primer
serie de instalaciones de más de dos metros de altura que alumnos del
Tecnológico de Monterrey en Puebla realizaron al interior del complejo
turístico ‘Al final de la senda’, ubicado en el municipio de Ciénega Larga,
Chignahuapan.
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Luis Rogelio Sánchez Velázquez, Director del
departamento de Arquitectura del Tecnológico de Monterrey en Puebla comenta que
sus alumnos crearon tres instalaciones en el municipio poblano de Chignahuapan que
formaron parte de un ejercicio de arquitectura experimental, la cual por
definición busca implementar nuevas formas, métodos de construcción y espacios
físicos arquitectónicos, adaptándose a nuevas formas sociales y de
comunicación, estando al límite de los conocimientos del presente.
Su propuesta busca lograr que la arquitectura
sea acogida por el arte y a su vez ser un medio para interactuar con el
público. Por esta razón, las esculturas se distribuyeron en 17 hectáreas del
bosque que integra el complejo turístico “Al final de la senda”, y así lograr
que los visitantes tengan la oportunidad de acercarse a las obras e incluso
meterse “literalmente dentro de ellas”.
Y es que estas esculturas, en palabras del
catedrático, no son sólo para observarse, sino para interactuar con ellas. Un
ejemplo es el “Gritario”, una especie de altavoz enorme el cual está colocado
en un árbol a unos cinco metros de altura, con un peculiar color amarillo
chillante, fácil de encontrarlo. Sin duda un ejercicio para explorar la poética
del espacio.
Otra obra de arte es el
“Tipi”, un peculiar móvil en forma de “casita de apache” que se encuentra en lo
más alto de la montaña. En el puedes trasladarte por el aire de un árbol a
otro, jalando una cuerda. Una obra que lleva como metáfora la vida nómada,
donde antiguamente los apaches llevaban cargando su casa a todos lados.
Y por último el “Nido”, una bola de madera que
va cayendo por la colina, suspendida por unos polines, detenido con la técnica
de cimbra o entramados de madera, la cual tiene como propósito darle al público
un espacio de tranquilidad en medio de la naturaleza donde el estar dentro de
ella y observar el follaje de los árboles cambia su perspectiva.
Y es que para finalizar el catedrático enfatizó que
este tipo de obras están inspiradas en la idea del refugio primitivo, en el
bosque, la naturaleza, en un espacio simplemente poético. Un ejercicio donde
los alumnos tienen las bases de una arquitectura convencional con un carácter
inspirador y libre, sin descuidar aspectos como el cuidado y la
conceptualización del espacio.
Referencia
VIDA ESTUDIANTIL. CULTURA. AGENCIA INFORMATIVA DEL TECNOLÓGICO DE MONTERREY. EVELYN
ZAMORA RAMÍREZ. 4.08.2014
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